Los habitantes del este de la R.D. del Congo tienen que financiar una guerra que está destruyendo sus vidas

Publicado: 20th Noviembre 2012

Las comunidades al este de la República Democrática del Congo están siendo explotadas despiadadamente por las tropas y los representantes de su propio gobierno, así como por  grupos rebeldes y milicias locales, en un círculo vicioso de explotación y abusos, según un nuevo informe de la agencia internacional Oxfam.

Según la agencia, los ciudadanos congoleses no solo están sufriendo violentos abusos a escala masiva – incluyendo violaciones, raptos y asesinatos – sino que también están siendo víctimas de un nivel  de explotación financiera sin precedentes, ya que las partes beligerantes saquean e imponen impuestos ilegales por medio de la coacción, en su batalla por el control.

La información recogida recientemente en un sondeo de Oxfam realizado a 1.328 personas de las provincias de Kivu del Norte, Kivu del Sur, y la Provincia Oriental, evidencia que los soldados del gobierno y las autoridades civiles, incluida la policía local y grupos rebeldes armados, están compitiendo por el control de las comunidades locales para obtener dinero y bienes por la fuerza. En algunas zonas, como el norte de Masisi y el sur de Lubero, las comunidades vulnerables se han convertido en las fuentes más importantes de ingresos para los grupos armados.

La crisis en la Republica Democrática del Congo se ha ido deteriorado rápidamente desde abril de este año, cuando soldados del antiguo CNDP (Congrès National pour la Défense du Peuple) desertaron para formar un nuevo grupo, el M23 (Mouvement 23). En los últimos ocho meses, la parte oriental del Congo ha visto un aumento en la actividad de grupos armados que sistemáticamente violan, matan, raptan, torturan y abusan de la población civil. Muchos de estos grupos están aprovechándose de los vacíos de poder que han dejado  las tropas gubernamentales tras partir a otros lugares para luchar contra los rebeldes del M23. Las zonas más inseguras son aquellas en las que los grupos rebeldes están luchando por el control, y el número de territorios en la contienda ha aumentado significativamente en 2012.

“Las implacables milicias y tropas gubernamentales están explotando sin piedad a las comunidades locales para obtener los fondos necesarios para su guerra”, afirma Elodie Martel, Directora asociada de país de Oxfam. “Explotar a la gente se ha convertido en una industria extractora en la que los grupos armados saquean para obtener dinero, comida y cualquier otro recurso que puedan encontrar. La gente abandona sus hogares todos los días para escapar del terror del control rebelde y de una incesante extorsión que hace su existencia casi imposible, mientras que sus vidas y sus formas de subsistencia les son arrebatadas”.

La agencia de ayuda dijo que la explotación ha alcanzado niveles atroces ya que la gente se enfrenta a violentos reclutamientos,trabajos forzosos y a la aplicación continua de impuestos ilegales. A medida que los conflictos avanzan y retroceden en comunidades y territorios estratégicos, los habitantes huyen – muchos a campos de refugiados que crecen rápidamente, donde se ven forzados a vivir en terribles condiciones con muy poca ayuda -. Desde principios de año, 767.000 personas en Kivu del Norte y del Sur han dejado sus hogares debido al conflicto.

“Extorsión implacable”

En el norte de Masisi, en Kivu del Norte, las tropas del ejército congolés – además de grupos rebeldes de la APCLS (Alliance des Patriotes pour un Congo Libre et Souverain) y las FDLR (Forces Démocratique de Libération du Rwanda) – atacaron 12 veces la pequeña ciudad de Kashuga entre abril y julio de 2012. Luchaban por el control de los ingresos provenientes de los impuestos ilegales aplicados a los habitantes locales que venden o compran mercancías en el mercado semanal.

En otros lugares de Masisi los agricultores decían que tenían que pagar 1.000 francos congoleses (aproximadamente 1$ o el equivalente de 2-3 kg de judías) al grupo rebelde local, Mayi-Mayi Nyatura, por cada persona que quisiera acceder a sus campos o recolectar su cosecha.

En Irumu, Ituri, en la Provincia Oriental, las vendedoras del mercado confirmaron que debían entregar madera y paja a la milicia cuando llegaban al mercado, y que todos los hogares debían dar 500 francos congoleses (0,5 $) a los paramilitares todos los meses. Según los testimonios recopilados por Oxfam, los impuestos se ven como una forma de reducir el riesgo de abuso por parte de los grupos armados e inicialmente los han conocido como impuestos de protección denominados “lala salama” – un término en swahili que quiere decir “dulces sueños” – o remger ubuzima, que significa “protege la vida”.

Sin autoridad estatal efectiva

El estudio descubrió que las comunidades se enfrentan a abusos generalizados por parte de los grupos armados y de las fuerzas gubernamentales, pero que unos dos tercios de la gente dice que, a pesar del abuso y del ambiente reinante de impunidad, se sienten más seguros viviendo bajo el control de las FARDC.

En ausencia de una autoridad estatal efectiva, muchas personas decían sentirse abandonadas por el gobierno central, y en algunas zonas han tomado el control de la justicia formando sus propias fuerzas armadas – sumándose así a la proliferación de grupos armados en el este.

Ante los abusos y  la explotación de esta magnitud, no hay espacio para la apatía. Esta es una catástrofe humanitaria a escala masiva y la gente no puede seguir dándole la espalda a esta tragedia. Las comunidades en el Congo oriental están viviendo al borde de la supervivencia y lo poco que tienen les está siendo arrebatado para financiar la guerra. El conflicto no solo está afectando a los medios de subsistencia de esta gente, sino que además les está quitando la ropa y las cosechas de sus campos,” confiesa Martel.

“Es deplorable que pase otro año y la gente se vaya a dormir con miedo a los asesinatos, saqueos y secuestros y que las mujeres estén demasiado asustadas para salir a sus campos por miedo a que las violen. El gobierno congolés, las Naciones Unidas y la comunidad internacional deben escuchar y responder a quienes están pagando el precio del conflicto: las personas”.

Más información

Descárgate el informe (disponible solo en inglés): Commodities of War: Communities speak out on the true cost of conflict in eastern DRC

Fotos: IDP camps near Goma, eastern DRC

Blog: Ruanda: agua potable para cientos de refugiados y refugiados de la RDC

Conflicto en la R.D. del Congo

Oxfam en la República Democrática del Congo

La explotación ha alcanzado niveles atroces ya que la gente se enfrenta a violentos reclutamientos, trabajos forzosos y a la aplicación continua de impuestos ilegales.
Elodie Martel
Directora asociada de país de Oxfam

Notas para editores

  • Este es el sexto estudio de protección de Oxfam desde 2007. Entre el 4 y el 20 de junio, Oxfam y 41 organizaciones colaboradoras realizaron grupos de enfoque y entrevistas con 1.328 personas en 32 comunidades afectadas por el conflicto en las tres provincias orientales de la República Democrática del Congo: Oriental, Kivu del Norte y Kivu del Sur. Se pidió a los participantes que dieran sus opiniones sobre la situación de seguridad y su protección en un contexto de violencia continua, explotación y la presencia generalizada de múltiples grupos armados.
  • El estudio de protección de Oxfam de 2012 analizó la situación más allá de las zonas más afectadas por la inseguridad, a fin de incluir pueblos que no sufrieron ataques armados con regularidad. Esto permitió llevar a cabo una comparación entre las zonas donde los actores armados predominantes (que se han convertido en las autoridades de facto) eran tanto un grupo armado, el ejército congolés (FARDC) u otros servicios estatales, incluyendo los servicios de policía e inteligencia. El estudio también cubrió las comunidades en áreas donde el control cambia regularmente entre el FARDC y los paramilitares.

Información de contacto

Para entrevistas en Goma contactar:

Christina Corbett, +243 (0) 81 44 54 334