Familias de todo el mundo quieren arreglar el defectuoso sistema alimentario

Publicado: 18th Julio 2012

Las mujeres controlan el 65% del gasto de consumo anual mundial, aproximadamente 12 billones de dólares

Según una encuesta publicada hoy por Oxfam, muchas mujeres en todo el mundo quieren saber cómo pueden cambiar la forma en la que compran, conservan y preparan los alimentos y, así, colaborar en la lucha contra el cambio climático y el hambre. Oxfam propone cinco pequeños cambios que todas la personas podemos hacer para contribuir a arreglar un sistema alimentario mundial que no funciona y que provoca que casi mil millones de personas pasen hambre cada día.

En total, un 73% de las personas que han participado en esta encuesta, llevada a cabo en seis países, afirma querer saber cómo marcar la diferencia cambiando la forma en la que compran alimentos. Además, el 83% desea saber cómo usar menos energía al cocinar, y más de un 75% de las mujeres afirma, también, estar dispuesta a poner en práctica otras iniciativas como, por ejemplo, preparar platos sin carne para su familia un día a la semana.

Estos resultados muestran que existe una oportunidad clara para aprovechar el inmenso poder de las personas como consumidores y, especialmente, el de las mujeres, quienes toman la mayor parte de las decisiones sobre qué alimentos comprar. Las mujeres controlan el 65% del gasto de consumo anual mundial, es decir, aproximadamente 12 billones de dólares.

"A las mujeres de todo el mundo les preocupa cómo se producen los alimentos y quién los produce", afirma el portavoz de Oxfam, Colin Roche. "Quieren saber qué pueden hacer para marcar la diferencia y, unidas, pueden ser un importante motor de cambio". Oxfam propone cinco acciones sencillas, desde reducir el despilfarro de alimentos a utilizar menos energía cuando cocinamos, que cualquiera puede poner en práctica y contribuir, así, a arreglar el sistema alimentario mundial".

5 sencillas acciones

El nuevo informe de Oxfam Receta para cambiar el mundo: el poder de los consumidores para conseguir un futuro alimentario más justo describe estas cinco acciones que, de ser puestas en práctica por un número suficiente de personas, podrían contribuir a ayudar a los agricultores y agricultoras pobres y a sus comunidades a alimentarse, a hacer frente al cambio climático, que frena la producción agrícola, y a garantizar que valiosos recursos para la agricultura, como el agua, no se despilfarren.

  • Comer menos carne: Si los hogares urbanos de Estados Unidos, el Reino Unido, España y Brasil comieran una comida sin carne una vez a la semana, por ejemplo cambiando la carne de vacuno por judías o lentejas, la reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero sería equivalente a quitar 3,7 millones de coches de las calles durante un año. 
  • Reducir el despilfarro de comida: En los seis países donde se ha llevado a cabo la encuesta, una de cada seis manzanas termina en el cubo de la basura, es decir, 5.300 millones de manzanas cada año. Los gases de efecto invernadero producidos durante el cultivo, la comercialización y la descomposición de estas manzanas equivalen a los producidos al quemar diez millones de barriles de petróleo. Si compramos solo las manzanas que necesitamos y las conservamos en el frigorífico ayudaremos a reducir este despilfarro.
  • Ayudar a la agricultura a pequeña escala comprando productos de comercio justo: Si cada mes los consumidores y consumidoras de Brasil, Reino Unido, Estados Unidos y España comprasen dos tabletas de chocolate de comercio justo, en lugar de su marca habitual, se consumirían hasta 12.500 millones de tabletas de chocolate de comercio justo cada año. Esta acción transformaría las vidas de las personas que viven y trabajan en las 90.000 plantaciones de cacao a pequeña escala de todo el mundo. 
     
  • Comprar alimentos de temporada: Se desperdicia mucha energía intentando cultivar alimentos en el lugar equivocado, en el momento equivocado del año. Podemos ahorra energía y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero comprando alimentos de temporada cultivados cerca de donde vivimos.
  • Cocinar con cabeza: Con acciones sencillas, como cubrir la cazuela con una tapa, podemos reducir la energía que utilizamos al cocinar hasta un 70%.

“Lo que hacemos en el supermercado o en la cocina sí importa”, afirma Roche. "Estos pequeños gestos llevados a cabo por muchas personas pueden tener un gran impacto. Juntos podemos lograr un cambio positivo en las vidas de aquellas personas que, en todo el mundo, luchan por alimentar a sus familias".

"Si actuamos suficientes personas, los efectos de estas acciones se reflejarán en toda la cadena alimentaria. Entonces, los gobiernos y las mega empresas que fomentan este sistema alimentario defectuoso se verán obligados a cambiar la forma en la que hacen las cosas".

La encuesta, llevada a cabo entre más de 5.100 madres de ciudades y pueblos de Brasil, India, Filipinas, Reino Unido, Estados Unidos, y España muestra que las mujeres en los países desarrollados se sienten menos conectadas con los productores de alimentos y son menos conscientes del impacto que tienen sus elecciones en las vidas de otras personas y en el planeta que aquellas que viven en países en desarrollo.

Por ejemplo, el 86% de las madres de Filipinas creía saber cómo sus elecciones a la hora de comprar alimentos afectan al resto del mundo, mientras que este porcentaje era sólo de un 46% en Estados Unidos. Asimismo, el 60% de las mujeres encuestadas en India afirmaban sentirse conectadas con los productores y productoras de alimentos, en comparación con el 23% de las mujeres en el Reino Unido.

Más información

Descárgate el informe: Receta para cambiar el mundo. El poder de los consumidores para conseguir un futuro alimentario más justo.

El Desafío Crece

Campaña CRECE 

Lo que hacemos en el supermercado o en la cocina sí importa.
Colin Roche
Portavoz de Oxfam

Información de contacto

Georgette Thomas, +44 (0)7824 503108 or gthomas@oxfam.org.uk