- Índice de Oxfam revela que indicadores sociales en el Perú se han estancado y que el sistema tributario se ha vuelto más inequitativo
- Fuerte desaceleración económica e impactos de Niño Costero pueden agudizar brechas sociales
- Una reforma tributaria es imperativa para enfrentar el escenario actual
(Lima 19 de abril de 2017). Este año el Perú se encuentra en un punto de inflexión. El boom económico que se vivió entre los años 2003 y 2013 no se aprovechó debidamente para impulsar políticas que reduzcan las brechas económicas y sociales ni para emprender reformas estructurales. Este panorama se complica por el impacto del fenómeno Niño Costero que golpeó al país entre febrero y marzo de este año, dejando preliminarmente un millón de personas entre damnificadas y afectadas. El Gobierno planifica un programa de reconstrucción que ascendería inicialmente a US$9.000 millones y cuya ejecución será compleja. Sumado a ello, la economía ha sido impactada por casos de corrupción que han paralizado grandes proyectos de infraestructura. Las perspectivas económicas para el 2017 no son promisorias y se proyecta un crecimiento modesto o incluso nulo. Este estancamiento económico tendrá un costo social. Sin un cambio de fondo en las políticas fiscales, millones de peruanos y peruanas se encuentran en riesgo de regresar a la condición de pobreza, advirtió Oxfam durante la presentación de Brechas Latentes: Índice de Avance contra la Desigualdad - Perú 2016.
Este documento revela que si bien en los años de crecimiento económico se registró una moderada reducción de las brechas de la desigualdad en el campo social y laboral, esa tendencia se encuentra estancada desde el 2014, tras el fin del boom económico. Ello refleja que las estructuras que sustentan la desigualdad en el país persisten y alimentan una distribución inequitativa de recursos y oportunidades. “Un aspecto critico es el retroceso de la recaudación. En el periodo evaluado en el índice (2010 – 2016), la presión tributaria pasó de 15,4% del PBI a menos de 14% y la tendencia continua a la baja”, señaló el economista e investigador de Oxfam, Armando Mendoza. Sostuvo también que el sistema tributario se ha tornado más inequitativo y regresivo, pues pagan más quienes menos tienen, y que la meta del Gobierno de ingresar a la OCDE en 2021, donde predomina un sistema tributario progresivo, se ve lejana.
La evasión y elusión tributaria nos cuestan aproximadamente S/ 60.000 millones anuales, casi cuatro veces el presupuesto de todo el sector salud. “Estos problemas no fueron claramente asumidos en el paquete tributario que lanzó el Gobierno a finales del año pasado. Hoy se requiere voluntad política para luchar contra este lastre”, opinó Mendoza.
En un país donde más del 20% de la población (aproximadamente 6,5 millones de personas) vive en condición de pobreza, se requiere incrementar la inversión social y no disminuirla. De acuerdo con el índice, entre el 2010 y 2016, la inversión en previsión y protección social se redujo de 3,3% del PBI a 2,8%. Esta situación pone en riesgo a cerca de 12 millones de peruanos y peruanas que abandonaron la pobreza durante la pasada década, y más aún a las personas impactadas por el Niño Costero. “Es preocupante el estancamiento del gasto en salud y educación en los últimos años. Por ello urge generar mayores ingresos fiscales para no quitarle recursos a la inversión social”, sostuvo el economista.
Las brechas de la desigualdad se expresan también en el ámbito laboral, específicamente entre los trabajos de alta y baja productividad, así como entre empleos con los estándares de ley y los empleos precarios. De acuerdo al índice de Oxfam, desde el 2014 se observa un retroceso en varios indicadores laborales clave. Algunos datos: actualmente solo uno de cuatro empleos es formal en el país, menos de la mitad de los trabajadores tiene protección previsional, y solo uno de cada 23 empleados está cubierto por negociación colectiva. “Por la fuerte desaceleración económica podrían dejar de crearse unos 200 mil empleos este año”, señaló Mendoza. El índice revela que los problemas estructurales laborales se mantienen: informalidad, precariedad y baja productividad.
La importancia de enfrentar la desigualdad
El índice presentado por Oxfam tiene como premisa que medir, analizar y entender la evolución de la desigualdad en sus distintas dimensiones contribuye al desarrollo de políticas efectivas para reducir las brechas. La reducción de la pobreza corre el riesgo de ser abordada de manera coyuntural, cuando se necesitan encarar los problemas estructurales de la desigualdad extrema. “Se ha puesto énfasis en la pobreza monetaria y la pobreza es un problema multidimensional. De igual forma se suele asumir de manera errónea que para reducir la desigualdad basta y sobra con el crecimiento económico”, señala Mendoza.
El fin del auge económico y el escenario descrito plantea grandes desafíos a las autoridades para no retroceder en el campo social. Se requieren abordar las brechas sociales a través de políticas públicas efectivas, estructurales y sostenidas.
Descargar el documento aquí: http://bit.ly/2oV370g.
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