¿De quién es esta ayuda?

Ayuda politizada en crisis y conflictos

La efectividad de la ayuda internacional, tanto para cubrir necesidades urgentes como para abordar la pobreza más arraigada, está siendo socavada en algunas de las regiones más pobres del mundo.

Pese a que una ayuda efectiva ayuda a salvar vidas, proteger los derechos y establecer medios de vida, los intereses militares y de seguridad de algunos donantes han distorsionado el gasto global en ayuda y, en entornos de conflicto, desastre u inestabilidad política, han resultado en muchas ocasiones en proyectos de ayuda poco coordinados, no sostenibles, caros e incluso peligrosos.

Estas políticas y prácticas de ayuda sesgadas amenazan con perjudicar a toda una década de compromisos internacionales adoptados por los gobiernos donantes para prestar una ayuda internacional eficaz y orientada a las necesidades. Este informe pone de manifiesto cómo se están desatendiendo esos compromisos, y aporta recomendaciones sobre cómo revertir esa tendencia.

Recomendaciones

  • Para cumplir con los compromisos adoptados en cuanto a eficacia de la ayuda al desarrollo y actuaciones humanitarias guiadas por principios, los donantes deben garantizar que toda la ayuda –ya sea en conflictos, en países estables, o dentro de los propios países– tenga por finalidad principal reducir la pobreza o cubrir las necesidades humanitarias.
  • Los donantes deben velar por que, tanto en situaciones de conflicto como de estabilidad, los proyectos de desarrollo que financian o planifican responden a las necesidades de las comunidades, se ajustan en lo posible a las políticas de las autoridades locales y nacionales, y resultan sostenibles una vez los cooperantes extranjeros se hayan marchado.
  • Todas las fuerzas armadas deben cumplir las directrices cívico-militares consensuadas a nivel internacional que definen el papel efectivo y adecuado de los actores militares y civiles en las respuestas humanitarias a conflictos y desastres.
  • Las organizaciones de ayuda también deben velar por que sus actividades no exacerben el conflicto ni aporten recursos al mismo.