La hipótesis es clara y al mismo tiempo reveladora. Odebrecht y sus socios peruanos han operado en un sistema de captura corporativa basado en una red de influencias y en el uso de diversos mecanismos -tanto legales como dudosos y corruptos- que les permitió obtener influencias excesivas e indebidas con las que lograron altas tasas de ganancias y adjudicaciones de más proyectos de obras públicas y concesiones. Así lo señala el reciente libro del investigador Francisco Durand, Odebrecht La empresa que capturaba gobiernos.
Se trata de una investigación que aborda el manejo del poder de las élites económicas y políticas en el Perú de los últimos años, dejando entrever arreglos o acuerdos entre las grandes empresas y el Estado peruano para desarrollar obras de infraestructura. Así, se aprecia a un Estado capturado por los grandes intereses privados en un contexto de crecimiento económico en el que se han reducido las brechas de infraestructura, pero sin generar desarrollo en el país. Es decir, una lógica de crecimiento “a cualquier costo”.
Las indagaciones que permitieron elaborar el contenido del libro se realizaron en el marco de un proyecto de investigación entre Oxfam en Perú y Oxfam Brasil. Asimismo, la publicación de este estudio constituye un esfuerzo colaborativo entre Oxfam en Perú y la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) para aportar al debate nacional sobre la captura del Estado.
A partir del análisis del caso de Odebrecht, el más emblemático en términos de arreglos, colusión y corrupción empresarial de nuestro tiempo, el libro aborda una problemática mayor: la captura del Estado, que si bien es un fenómeno que existe desde mucho tiempo atrás, ha tenido una suerte de recrudecimiento en el siglo XXI. Así, la financiación electoral, el lobby, la puerta giratoria, apoyos o favores a políticos, sobornos y hasta reuniones sociales de confraternización, aparecen como mecanismos utilizados por la empresa para capturar al Estado.
En esta línea, el modus operandi de la empresa descansaba en su modelo de influencia, que según el propio Marcelo Odebrecht se asemejaba a un trípode, donde una de las patas era la financiación a partidos políticos y campañas electorales, con el fin de crear una deuda futura.
A lo largo del libro se estudian tres grandes obras de infraestructura construidas por Odebrecht y sus socios: el Metro de Lima, la carretera Interoceánica Sur y la gran irrigación Olmos, todas las cuales resultaron bastante caras y sus costos -hasta donde se sabe por las investigaciones nacionales e internacionales- fueron inflados. Se trata de casos que involucran a casi toda la clase política del país y a los más grandes consorcios peruanos-brasileños.