A pesar de que las mujeres rurales representan el 20.7% del total de la población en el país[1], viven en una situación de marginación a la que se suma la falta de atención a sus necesidades diferenciadas por parte del Estado y otros actores sociales.
Según el MIDAGRI, a nivel nacional, las mujeres rurales representan una mano de obra de dos millones dentro del sector agropecuario[2], sin embargo, ven sus derechos económicos y de acceso a la tierra vulnerados. Al respecto, ellas reciben 50% menos ingresos que sus pares masculinos por hacer las mismas labores y manejan solo el 60% de tierras en comparación con los hombres que se dedican a las mismas actividades.
Por otra parte, solo 4 de cada 10 mujeres rurales están inscritas en el padrón de su comunidad, siendo muy pocas quienes logran convertirse en comuneras calificadas con voz y voto en las asambleas de sus comunidades. Esto quiere decir que la mayoría no tiene opción de decidir sobre los usos que se le da a las tierras comunales ni de participar efectivamente en la gestión de sus territorios.
Esta situación de desigualdad y de múltiples labores no reconocidas se ve agravada por el contexto actual de emergencia sanitaria a causa del Covid 19, que ha puesto en riesgo, sobre todo, su soberanía alimentaria y autonomía financiera. Sin embargo, se han mostrado resilientes y no han titubeado en colocar en agenda pública la importancia de su participación en la gobernanza de sus territorios y recursos naturales.
Si bien la política de la llamada Segunda Reforma Agraria plantea una serie de medidas a fin de fortalecer el sector agrario, las acciones específicas para asegurar políticas agrarias con enfoque de género que fortalezcan las voces de las mujeres rurales, indígenas y campesinas y garanticen sus derechos son todavía insuficientes.
En ese sentido, se hace necesario que el MIDAGRI y las entidades estatales correspondientes garanticen la participación efectiva y con poder de decisión de las mujeres en el marco de esta política, de manera que sus lineamientos respondan realmente a las necesidades y demandas de las mujeres rurales.
[1] Censo Nacional 2017: XII de Población, VII de Vivienda y III de Comunidades Indígenas realizado por el Instituto Nacional de Estadística e informática (INEI).
[2] De acuerdo con el Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI), esta cifra le corresponde a la mano de obra que se involucra en toda la cadena productiva del sector.
Conoce los retos y demandas de las mujeres rurales del Perú en el siguiente video ↓