Gobernar para la mayoría

Servicios públicos contra la desigualdad

Los servicios públicos de sanidad y educación son un arma poderosa en la lucha contra la desigualdad económica.

Benefician a todos, pero en mayor medida a las personas más pobres. Mitigan el impacto de la distribución sesgada de la renta, mediante una redistribución a modo de “renta virtual” hacia los hombres y las mujeres más pobres.

Los Gobiernos deben reformar urgentemente los sistemas fiscales y aumentar el gasto en servicios públicos gratuitos como los de salud y de educación para abordar la desigualdad y evitar así que quedemos abocados a un mundo al servicio de las élites y no de la mayoría.

Recomendaciones

  • Dar prioridad al aumento de la financiación pública en servicios de salud y educación con el fin de luchar contra la pobreza y la desigualdad a nivel nacional.
  • Dar prioridad a las políticas y prácticas que aumentan la financiación para unos servicios públicos y gratuitos de salud y educación con el fin de luchar contra la desigualdad, y que redistribuyan y aborden esa desigualdad.
  • Financiar la salud y la educación a partir de un sistema impositivo progresivo, y no mediante programas de seguros privados u optativos, tasas de usuario o pagos directos.
  • No introducir reformas de mercado inviables o cuyo valor no haya quedado probado en los sistemas públicos de salud y educación, y ampliar la prestación de servicios básicos por parte del sector público y no por el sector privado.