Hambre y calentamiento global

Cómo impedir que el cambio climático haga fracasar la lucha contra el hambre

El hambre no es inevitable, y no tiene por qué serlo en el futuro. Sin embargo, el cambio climático amenaza con hacer retroceder varias décadas la lucha para erradicarlo, y lamentablemente nuestro sistema alimentario mundial no está preparado para hacer frente a este reto.
 
Esta semana, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático publicará nuevas pruebas que apuntan a que el impacto del cambio climático en el hambre en el mundo será mayor y más prematuro de lo que se creía.   
 
Ante este reto, Oxfam analiza en qué medida el sistema alimentario mundial está preparado para afrontar los efectos del cambio climático. Analizamos 10 ámbitos clave que influyen en la capacidad de un país para alimentar a su población en un contexto de calentamiento global, entre ellos, la calidad de los sistemas de vigilancia meteorológica, las redes de protección social, la investigación agrícola y la financiación para la adaptación al cambio climático.    
 
En los 10 ámbitos encontramos una enorme diferencia entre lo que está sucediendo y lo que es necesario hacer para proteger nuestros sistemas alimentarios. Estas carencias en materia de preparación se deben a la pobreza, la desigualdad y la falta de voluntad política. Aunque muchos países (tanto ricos como pobres) no disponen de la preparación adecuada para hacer frente a los efectos del cambio climático en la alimentación, son los países más pobres y con mayor inseguridad alimentaria del mundo quienes en general están peor preparados y son más vulnerables. El sistema alimentario de todos los países del mundo se verá afectado por el agravamiento del cambio climático.  
 
Aún estamos a tiempo de solucionar el problema. Lo que hoy hagan los países para prepararse para el cambio climático – y el nivel de apoyo que reciban los países más pobres para hacerlo – determinará, en gran medida, el número de personas que pasarán hambre durante las dos próximas décadas. Y la magnitud y rapidez con que los países reduzcan sus emisiones determinará si nuestros sistemas alimentarios podrán seguir alimentándonos durante la segunda mitad del siglo.  
 
Oxfam hace un llamamiento a Gobiernos y empresas, así como a la opinión pública de todo el mundo,  para que actúen a fin de impedir que el cambio climático suma a las personas en el hambre.